25 de octubre de 2017

Dios no comete errores



Cuando una persona es religiosa de verdad es cuando se convierte en el ser más prepotentemente ignorante del Universo, aun cuando eso signifique matar a su propio hijo recién nacido.

Porque si se asume la lógica religiosa de un dios todopoderoso y misericordioso ¿cómo va  a permitir que el vástago de unos verdaderos creyentes muera?

Pues ese absurdo “razonamiento” es el que utilizaron unos piadosos padres cristianos cuando nació su bebé en su propia casa. Aun cuando la comadrona que atendió al parto y la abuela del retoño observaron con preocupación que el recién nacido presentaba el típico color de la ictericia los padres, verdaderos creyentes no llamaron a ningún médico porque en palabras textuales:

“Dios no comete errores”

y dentro de su fanática ignorancia solicitaron que amigos y compañeros de su iglesia pentecostal fueran  a su casa y oraran, primero por la curación de su hija, y después cuando inevitablemente falleció por la resurrección de la pequeña, pero nunca se les ocurrió llamar a urgencias o a la policía, que posteriormente les detuvo y ahora se enfrentan a cargos criminales

El único consuelo de este más que desgraciado caso de fanatismo religioso es que estos descerebrados al final no añadieron otra pobre oveja al más que concurrido rebaño de deficientes mentales que son los verdaderos creyentes. 


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