6 de septiembre de 2017

La absurda alienación mental de los homosexuales católicos



Que la religión es capaz de conseguir que algunos comulguen con piedras de molino es un hecho más que demostrado, pero no por ello deja de sorprender que en pleno siglo XXI personas de este supuestamente avanzado e informado primer mundo se empeñen, idiotizadamente por cierto, en intentar pertenecer a una organización que los insulta día sí y día también, que los humilla constantemente y que si pudiera bien volvería a esta terrible Edad Media para encender piadosamente la hoguera en donde consumir sus más que pecaminosos cuerpos.

Porque lo de ese pobre idiotizado católico vasco, catequista por más señas, miembro del Consejo Pastoral de su parroquia, sustituto del sacerdote titular en la predicación y aspirante vocacional al sacerdocio cristiano, que se sorprende ¡agárrense! porque no es broma, con el hecho de que el obispo de turno le impida todo proselitismo católico por ser simplemente un homosexual sería para mondarse de risa, si no fuera un ejemplo más que palpable de la imbecilidad que pueden llegar a desarrollar los siempre adocenados miembros del rebaño (nunca mejor) católico.

Porque parece que este más que patético "hombre de dios", que es evidente que ha malgastado su vida entre sotanas y confesionarios para nada, acaba de bajar de un platillo volante proveniente de una galaxia muy, pero que muy lejana para no haberse enterado en sus más que longevos 50 años que, si hay algo que se odia como nunca en la siempre "santa" pero nada tolerante iglesia católica es el terrible y nefando "pecado" de la homosexualidad. 

Se puede ser un genocida fascista, un violador de niños con sotana o haber descuartizado a media docena de familiares o vecinos, que siempre habrá un sitio (muchas veces bajo palio y con todos los honores) dentro de la iglesia católica para todos ellos; pero ¡hay del pobre gay! que quiera pertenecer y mucho menos pastorear en el rebaño católico.


Y yo me pregunto para qué narices quiere un homosexual predicar la intolerante palabra de esos dementes profetas de tiempos remotos, que no concebían que toda persona puede ejercer su libertad personal como le plazca siempre y cuando no dañe al resto de sus congéneres.

Bien haría este pobre idiotizado cristiano en mandar a tomar vientos esa religión de fanáticos sexuales y vivir su vida sin ataduras, intentando ser lo más feliz posible sin depender de manera alguna de dioses celosos y de sus más que intolerantes mediadores terrenales con sotana y mucha mala leche.

6 comentarios:

  1. Esto es antimarxismo puro y duro, lo de querer pertenecer a una asociación que te desprecia...

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  2. Bajo el paraguas de la Iglesia se vive muy bien...gastos pagados, buen sueldo, seguridad social y un contrato fijo de por vida ¿cuántos currelas de este país tienen algo asi?

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  3. Hola:

    La ICAR tengo entendido que no condena la homosexualidad en si misma, entendiéndose como la atracción sexual hacia las personas del mismo sexo, pero si condena la práctica homosexual.

    Una cosa es tener tentación y otra cosa distinta es caer en ella, pecar contra la naturaleza...obra de Dios. Así es como se supone que plantean el asunto oficialmente.

    Tal vez a ese catequista lo pillaron infraganti.

    Saludos.

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  4. ¿Entonces los homosexuales no son obra de dios? ¿Será consciente dios de que en la naturaleza la homosexualidad no es exclusiva de los humanos? Están locos estos católicos...

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    Respuestas
    1. Anónimo3:08 p. m.

      Si un macho tuviese la oportunidad de crear lo que se le antoje para divertirse, sin dudas, lo primero que haría sería una mujer. El dios cristiano me hizo un macho. Otra cosa es la de odiar a las mujeres. Y para peor, nos pone al tal de David como rey, que era un maricón depravado. JC andaba rodeado de machos. Y la zarza no permite entrar en su paraíso, a ningún macho que tenga lastimado o arrancado partes del miembro viril. Y los representantes de este, en su mayoría, son pedófilos homosexuales. Creo que lo que les molesta es que no sean tan putos como ellos.

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  5. Muchos homosexuales no renuncian a YHWH Sebaot porque desean sentir que están bajo el amparo de un dios que los ama como son, que no los desprecia. Al renunciar a Él, ellos sienten que fueron excluidos de las huestes del Señor por ser homosexuales. Eso se puede confirmar (no a ciencia cierta, para eso se necesitan rigurosos estudios psicológicos) con la cantidad de videos en youtube en los que apreciamos discusiones entre un homosexual contra sacerdotes o pastores que condenan el homosexualismo.

    Por lo general el homosexual que desea ser cristiano, alega que los versículos son mal entendidos. En otros casos el líder religioso por ser condescendiente con las leyes que protegen los derechos humanos actuales alegan que la Biblia nunca condenó a los homosexuales, sino al homosexualismo (olvidando por completo que nuestro sabio Señor Jesucristo dijo que el pensamiento ya es pecado), y eso es suficiente para convencer a muchos homosexuales a vivir frustrados en santa abstinencia hasta que exploten en una neurosis del carajo.

    En pocos casos, el homosexual acepta que no es bienvenido en la Casa del Señor y simplemente se despide del homofóbico Señor de los Ejércitos, loco por insomnio, y del reprimido homosexual de San Pablo de Tarso que se inventó a Jesús tan homosexual como él. Para colmo de la hipocresía, no soporto a un cura hablando mal de los homosexuales cuando gran parte de ellos han demostrado ser pedófilos homosexuales dementes por falta de sexo y un Jesús pintado desde la Edad Media completamente afeminado, solo vean el Sagrado Corazón de Jesús, si no es un homosexual me corto uno y la mitad del otro.

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