Una persona con evidentes ínfulas
de grandeza y megalomanía rampante que se considera a sí misma la reencarnación
de Winston Churchill y Ronald Reagan en una versión moderna de la más que
tristemente famosa Dama de Hierro Margaret Thatcher, en un equivalente a la
también incompresible Trinidad Cristiana. Y con estos antecedente casi míticos
se puso a dirigir no con mano, sino con puño de hierro, a su partido en la
Comunidad de Madrid, haciendo y deshaciendo a su antojo hasta el punto de que nadie en su
partido osaba no ya moverse, sino respirar, sin la aquiescencia de la
todopoderosa Lideresa.
Y ahora, que se está destapando
en toda su hediondez la corrupción de sus más cercanos colaboradores (esos
elegidos por ella entre los elegidos y que gozaban no sólo de su respeto, sino
también de su amistad) en infinidad de chanchullos, tramas y delitos varios en
un escenario de expolio generalizado de las arcas públicas y de robo a cara
descubierta, resulta que la defensa de esta patética Dama de Hojalata castiza consiste
en argumentar gimoteando que ella es inocente y que no supo nada de nada durante
las décadas que dirigió esa asociación mafiosa llamada PP.
En resumen otro caso más de esas
mujeres que parecen abundar entre las élites cristianofascistas de España, esas
que siguen a rajatabla el argumento de
"Sr Juez a mí no me pregunte nada, porque yo nunca he sabido nada puesto que yo soy la tonta del bote"
de tal manera que hasta la Casa
Real está pensando en incluir dentro de la familia real a la Lideresa gimiente
y darle el título de Infanta Emérita, porque la pobre parece hermana gemela de
esa Cristina de Borbón que también era imbécil integral y no supo nada de los
tejemanejes de su avispado maridito.
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