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20 de agosto de 2013

Cuidado con los remedios naturales que pueden producir cáncer



Uno de los mayores errores actuales dentro de la medicina alternativa es la creencia popular de que los llamados "remedios naturales" a base de plantas son siempre beneficiosos y que nunca tienen ningún efecto secundario dañino. 


Lo primero que hay que destacar en este complejo mundo de las medicinas alternativas es que la presunción de todos aquellos amantes de las tradiciones milenarias (sobre todo cuanto más lejanas mejor) que se dejan engañar por el exotismo de los "remedios naturales" con el argumento de que si los chinos, los indios o los habitantes de Nueva Guinea Papúa llevan consumiendo siglos tal o cual planta para curar una determinada enfermedad eso es una prueba irrefutable de que el remedio en cuestión funciona verdaderamente, es muchas si no todas las veces errónea. Sólo hay que acudir a la farmacopea oriental con un mínimo sentido crítico y racionalista para entender que por muchos siglos que se lleven usando los huesos de tigre o el polvo de cuerno de rinoceronte (que es básicamente queratina, una proteína muy abundante en nuestra piel y el principal componente de nuestro pelo y nuestras uñas) no pueden curar a la vez el cáncer, aliviar los problemas hepáticos y la fiebre además de ser un afrodisiaco y un potenciador de la masculinidad. Así que desgraciadamente la única propiedad de estas sustancias suele ser que provocan el exterminio de los pobres animales que tienen la desdicha de convertirse en el centro de atención de estos chamanes anclados en la prehistoria médica de nuestra especie.

Pues bien, además es que estos remedios que como no han sido probados en ensayos científicos  suelen ser habitualmente ineficaces aunque inócuos, algunas veces sin embargo son peligrosamente tóxicos. Y este es el caso de la Aristolochia, una familia de plantas presentes en casi todo el mundo y que desde hace milenios va a asociada a remedios naturales de la medicina tradicional tanto de occidente (los griegos la usaron profusamente en la antigüedad) como de oriente. Tan extendido está su uso en China que a finales del siglo pasado hasta un tercio de los taiwaneses consumían habitualmente preparados con esta planta bajo prescripción médica de los "profesionales" de la medicina tradicional china. Esta planta parece la panacea universal ya que cura prácticamente de todo: reumatismos varios, facilita el adelgazamiento, alivia los síntomas menstruales o sirve para facilitar el parto ya que su flor tiene una forma que se asemeja al útero humano. Como ven una prueba evidente de la absurda lógica de los "rigurosos" principios científicos con los que estos curanderos de hoy en día organizan y eligen los tratamientos.

Pues bien, desde principios de la década de 1990 se conoce la toxicidad de estos remedios ya que diversas mujeres belgas que tomaban preparados de aristocholia para adelgazar desarrollaron una insuficiencia renal severa que las llevó a necesitar atención hospitalaria y diálisis. Este y otros casos de posteriores llevaron a la FDA norteamericana en 2001 a pedir la interrupción de todos estos tratamientos basados en esta planta ya que la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer  ha clasificado los compuestos a base de hierbas derivados de aristocholia como carcinógenos del Grupo 1, lo que significa que hay suficiente evidencia de que causa cáncer en seres humanos más o menos al mismo nivel que fumar tabaco.

Dos recientísimos estudios [1 y 2] han encontrado que remedios basados en estas plantas provocan además cánceres en el aparato urogenital. Y todo ello sigue siendo de importante actualidad ya que como indican los autores de estos estudios, a pesar de todas las advertencias y prohibiciones emitidas desde hace más de una década, los remedios a base de aristocholia continuan siendo utilizados a día de hoy por muchos practicantes de la medicina tradicional china y además puede conseguirse fácilmente a través de Internet. Este el problema de la superstición y de las pseudomedicinas, que son inmunes a las pruebas. Así que únicamente cabe esperar el diagnóstico de más casos de cáncer en desprevenidos individuos que incautamente caigan en manos de "profesionales" de la medicina tradicional china, que aunque pueden vender por internet sus "remedios naturales" son incapaces de conectarse al Pubmed para informarse de lo dañino que son sus terapias.

P.D.

Por cierto, los extractos de aristocholia se utilizan también en la pseudomedicina homeopática. Aunque en este caso como en realidad las pastillas homeopáticas están vacías (ya que únicamente contienen excipientes) pues los adeptos a la religión homeopática pueden estar tranquilos que ellos no van a desarrollar cáncer alguno a no ser que la empresa que fabrique las pildoritas mágicas se equivoque con las diluciones.





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