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11 de junio de 2012

La secretaria de Estado de Investigación firma en Nature la sentencia de muerte de la ciencia en España


La secretaria de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación, Carmen Vela, ha escrito una carta a la prestigiosa revista Nature para justificar los brutales recortes de los presupuestos de investigación acaecidos en los últimos años en España.
Dos han sido sus principales argumentos. El primero que España no puede mantener a tanto científico. Contra esta mentirosa e insultante afirmación se podrían presentar infinidad de datos, pero simplemente comentar que España se encuentra a la cola en inversión científica de todos los países desarrollados (como ya indiqué en una entrada anterior) se mida como se mida: porcentaje del PIB, número de investigadores por cada mil habitantes, etc. Pero claro es el mismo argumento que están machaconamente difundiendo sus compañeros de gobierno para intentar convencernos de que debemos desmantelar la sanidad o la educación públicas, mientras se mantiene inalterable la sangría de diez mil millones de euros anuales para financiar las locuras antidemocráticas de nuestros obispos ultramontanos.
Y el segundo ha sido que estos brutales recortes permitirán seleccionar y promover a los mejores científicos para producir una investigación de excelencia en España. Y aquí nuestra máxima responsable científica comete un error tan monumental que me cuesta creer que sea no intencionado, porque ello indicaría un grado tal de desconocimiento irreflexivo que no sólo la incapacitaría para su actual cargo sino incluso para seguir en ciencia.
La secretaria de estado parece no entender que para que existan algunos grupos o centros de excelencia (porque es imposible que todos los científicos de una nación sean “excelentes”, ya que ni siquiera las grandes potencias científicas mundiales lo han conseguido) en un país hay que haber tenido, cuidado y financiado durante décadas y décadas otros muchos grupos y centros de investigación normales de donde poder ir seleccionando y promocionando a los mejores. Ello es así porque los científicos brillantes no aparecen de la nada, se van formando dentro de un entorno adecuado. Señora Vela, los milagros NO existen y los duros a peseta tampoco. Por poner un ejemplo fácil de entender, sería la misma disyuntiva del fútbol. Si se quiere tener un buen equipo con los mejores jugadores sólo existe dos opciones: 

1.- O la de los grandes clubs mundiales tipo Real Madrid, Barcelona o Bayern de Munich repletos de dinero y que por tanto pueden atraer y comprar a cualquier jugador del mundo a base de talonario. En ciencia este ejemplo serían los EEUU, Alemania, Suiza, etc pero claramente España no entra dentro de esa categoría por sus históricos escuálidos presupuestos en investigación. 

2.- O bien se puede ir invirtiendo en la cantera con vistas al largo plazo, trabajando día a día el fútbol base, con muchos chavales a los que luego se irá promocionando en la medida de sus aptitudes para quizás llegar a tener años después, con mucho esfuerzo, tesón, planificación y bastante suerte, uno o varios cracks futbolísticos.

Pero pensar que recortando y recortando año tras año se va a seleccionar a los mejores científicos, además de suicida es tomarnos a los investigadores directamente por imbéciles. Porque los científicos somos también personas normales, no esos arquetipos de individuos aislados en sus laboratorios, totalmente obsesionados por sus locuras, inmunes al desaliento y desconectados de la realidad tan del gusto de la literatura o del cine.  Esta selección casi darwiniana que propone la Sra. Vela sólo sería posible si viviéramos en una sociedad aislada del tipo de la antigua isla de Pascua antes de su redescubrimiento por navegantes europeos. En ese caso, los científicos españoles nos aguantaríamos y continuaríamos en esta horrible carrera de ratas por la supervivencia profesional, luchando por la cada vez menos abundante financiación y viendo como nuestros compañeros van cayendo en la lucha. Pero es que encima vivimos en un mundo globalizado, en donde se da la paradoja que los países científicamente más avanzados están aumentando su inversión en investigación como forma de salida de esta crisis. Y esas naciones se encuentran a unas pocas horas de avión. Y aunque los investigadores no andamos nunca sobrados de dinero, si que tenemos al menos los pocos euros que cuesta un pasaje aunque sea en compañías aéreas tipo “lowcost” como RyanAir.
Así que señora secretaria de estado, deje por un momento esos elegantes y confortables despachos del poder que tanto aíslan de la realidad y baje un poco a pie de calle, porque lo que va a ocurrir con su absurda y suicida justificación es que muchos de nosotros, antes de seguir con esta agonía del juego de las sillas, en donde cada vez tendremos que dar vueltas más rápidas para ir eliminado a candidatos para que al final solo vaya a quedar uno como en la película Los Inmortales, haremos las maletas (con gran pesar por saber que estamos descapitalizando al país de sus mejores mentes) y nos iremos al extranjero.
Porque no nos engañemos, cualquier buen científico español con un curriculum decente (bien de primer o de último autor) puede encontrar trabajo en cualquier país civilizado, en donde se tiene de verdad en cuenta la ciencia y se apoya la búsqueda del conocimiento. Por supuesto que si no se tienen artículos de los llamados de alto nivel en revistas como Nature, Science o Cell no van a ser contratados en la universidad de Harvard o en el MIT, pero existen infinidad de universidades y centros de investigación ahí fuera repartidos por el ancho mundo, llenos de buenos científicos con curriculum similares a los de muchos de los investigadores que trabajamos en España. Y además se da la triste paradoja que trabajan en mejores condiciones que nosotros aquí. Yo personalmente tengo amigos y conocidos en el extranjero que aunque poseen curriculum similares o incluso inferiores al mío, en cambio su situación profesional, el reconocimiento y la financiación que reciben en estos centros de investigación “normales” es infinitamente superior de la que yo dispongo en España. Así que cada vez que hablamos, con sólo pensar lo que yo podría estar haciendo con esos recursos se me hace la boca agua.
En resumen, con esta política lo único que van a conseguir nuestros actuales gobernantes es desmantelar la ciencia y que en España los investigadores seamos o sean (depende de si al final me quedo en el país o marcho al extranjero) una especie en peligro de extinción con menos ejemplares que linces ibéricos, que ya es decir.

P.D.

Dejo el link de la carta de contestación de la Federación de Jóvenes Investigadores/Precarios de España. 

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